Marta Bevacqua es una joven fotógrafa italiana que actualmente vive y trabaja en París, su talento ha ganado reconocimiento en diversos medios y una carrera profesional prometedora. Encontré su trabajo hace varios ayeres, mientras vagaba por la red y su manera de capturar el mundo me cautivó para siempre.
Inclusive fue uno de los motivos, por los que incursioné seriamente en la fotografía…
La fotografía de Marta es emocional, onírica y atmosférica; sus retratos despiden un halo cinematográfico, como el fragmento de una historia de fantasía, una carta que se perdió en el camino. La figura central del trabajo de Marta es el cuerpo femenino, y a través de su ojo fotográfico, introduce al espectador al mundo del sujeto retratado, donde incontables cuentos parecen florecer.
La expresión corporal asume el papel principal y Marta se ha vuelto una experta en retratarla, la inspiración es contagiosa, y como algunas veces sucede con el retrato, las imágenes de Marta suelen carecer de un tiempo o lugar específico… Podría ser aquí, podría ser allá, podría ser un sueño o una memoria neblinosa. París protagoniza una parte considerable de su trabajo más reciente y Marta conserva un ambiente misterioso y melancólico; los bosques, habitaciones y ciudades que podemos ver en sus fotos parecen ser parte de una película de romance nostálgico.
Marta retrata a las personas bajo varios enfoques, ha trabajado para revistas como POSE Magazine y Noctis sin dejar a un lado la parte más personal de su visión, en la que constantemente observamos ninfas enigmáticas de miradas hechiceras, bailando en el eterno misterio del universo fotográfico de su creadora, quien juega con la noción de lo mágico y lo sobrenatural.
En este sentido, la obra de Marta se centra más en lo estético que en lo conceptual, pero la sinceridad de sus imágenes resulta tan intrigante que parecen contar historias por sí mismas, y es en estos relatos efímeros donde reside la esencia de sus fotografías.
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Review by CristinaMassieu